martes, 7 de enero de 2014


7 de enero de 2014. Martes.

LA FLORESTA DE LA ILUSIÓN
 
Firma de Sófilos, el alfarero. F: Google
 
-Y llegó el regalo de Reyes: ilusión por seguir ilusionado. Un año más, 2014, seguir ilusionado, es lo que he pedido; nada menos y nada más. Salir del charco de la desgana, y ponerme a caminar por la floresta de la ilusión. Mirar ilusionado; palpar ilusionado; sentir ilusionado; y, para que vuelen y tapen el sol con sus vuelos, y lleven siempre encendidos los arcos del violín de su piar, pájaros ilusionados en el alma; en el alma, de donde parten todas las luces y parpadeos que iluminan de ordinario la mente del ser humano y que luego resultan ser, en muchos casos, sus afanes, sus tareas cotidianas. La luz en la mente se trasforma luego en obra; es decir, en libro, en arquitectura, en beso, en ayuda de lo más frágil, en lágrima…
            Ilusionarse es ponerse las pilas de la luz interior y hacer que esta luz aflore por cualquier resquicio de nuestro ser. Si hay luz interior, habrá claridad en cada cosa que se haga en las afueras de cada uno; si hay luz interior, hasta el artesano modelará la arcilla de su cerámica con luz. No es lo mismo una cerámica apagada, sin gracia, que una cerámica que irradie centelleos, belleza. Los ceramistas griegos (como el famoso Sófilos, que escribió y firmó en uno de sus vasos: «Sófilos me pintó») debían estar transidos de luz interior, pues tanta fue la luz que pusieron en sus manos para hacer tales maravillas con el torno y sus dedos. La cerámica es un prodigio de torno y manos, y de luz interior; como toda obra de arte. 
            Como les podía haber podido pedir salud, o dinero, o amor (esas cosas, tan manoseadas, y sabidas), yo a los Reyes les he pedido ilusión. Estaba en desganas y es mi deseo entrar en el burbujeo de la ilusión. Que un pájaro no cante, bueno; pero, que no vuele, es su tragedia. Y un pájaro sin vuelo, con las alas mudas, lo primero que pediría a los Reyes sería poder volar: su ilusión y su vida, y su definición como pájaro. Sin vuelos, el pájaro podría ser ave (pingüino, por ejemplo), pero no pájaro revoloteador enamorado entre ramas de árboles y hacedor de nidos. Los pingüinos no revolotean, sólo hacen el bobo, vestidos de frac. Lo dicho, Diario, he pedido a los Reyes ilusión por seguir ilusionado, y parece que me lo han concedido; tanto es así que sigo creyendo que todavía no soy mayor y que en 2014 habrá más políticos sabios y honestos que tardos y corruptos. De ilusión también se vive, o sólo de ilusión se vive (18:40:45).

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