lunes, 14 de diciembre de 2015

14 de diciembre de 2015. Lunes.
DEBATE

Bello debate a dos, en el jardín. F: FotVi

-Esta noche, debate; es decir, farsa. Pero añado que democrática. Y eso, como a Benavente Los intereses creados, salva el debate de la penuria del entremés televisivo, sin más. Hay un periodista epiléptico -en las palabras y a veces en las ideas- que escribe: «Los puñales están desnudos», refiriéndose al 20-D, donde da la alarma de que todo está confuso. Algo que podría aplicarse a la agarrada dialéctica de esta noche. En los debates entre políticos casi siempre suele ganar el que más castillos en el aire ofrece y el que más globos de colores pinta en la imaginación de Alicia en el país de las maravillas. Yo prometo el Conejo blanco, dice tal, y yo la Oruga azul, dice cual; y el tal: yo el Gato de Cheshire, y el cual: y yo la Reina de corazones, y así. Hasta ofrecen encerrar a Dios en las iglesias, aunque éstas estén hechas de cañas en un bosque tropical y pueda escapar por los resquicios. Dios no vota. Y, al no votar, se le quita la ciudadanía. Persona no grata. De momento, pienso ver el debate a trozos, o como las novelas por entregas, ahora un capítulo y más adelante el siguiente; es decir, leeré y de vez en vez me asomaré a la caja tonta, para constatar que no me pierdo nada, de interés. Que la farsa televisiva no llega ni siquiera a triste mojiganga en el entreacto de las urnas. Las urnas, que según algunos, Diario, son la apoteosis o frenesís de la Democracia, o el no va más de una sociedad libre (19:40:48).

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