lunes, 10 de julio de 2017

9 de julio de 2017. Domingo.
APARTANDO SOMBRAS

Soñando, en el jardín- Torre de la Horadada. F: FotVi

-Se suele decir que se muere una sola vez, pero yo diría que, mientras vives, te vas muriendo muchas veces, con más o menos intensidad, instante a instante, sueño a sueño. El tiempo le va cobrando versos a la vida, hasta que la deja en la gran elegía, sin versos y solo en el recuerdo de otros, o en el borrón final. Borrón que, si lo llenas de vida y sueños, al fin se hace claridad. Ir encendido por los sueños, como alguien con una antorcha en un túnel, iluminando pasos y horizontes, y alertas. Apartando sombras como telarañas. El tiempo es siempre ahora, decía James Baldwin, poeta. Y Albert Einstein, científico: el tiempo es una ilusión. Baldwin era un realista, y Einstein, un soñador: el uno hizo poesía y el otro la teoría de la relatividad, otro modo de poesía. Porque realismo y sueño coinciden en lo que ambos son belleza y metáfora, número y palabra, sentimiento y vida. El uno por el camino de la vida, el otro, por el camino de las estrellas, pero ambos dando pasos desde el presente al futuro, o inaugurando el futuro en el presente. Es labor de los poetas y científicos hacer que el presente y el futuro se unan en los sueños, sueños que más tarde hacen que florezca liberada la realidad; liberada de su pesada carga de realidad. Pues como dijo Platón: «el tiempo es una imagen móvil de la eternidad». Y otro modo de poesía en el tiempo: la de aquellos que investigan y sacan luz para curar enfermedades que matan. Como el cardiólogo clínico e investigador Alberto Domínguez, que ha descubierto una molécula que recupera el corazón de personas infartadas. Así, Diario, se hace camino, y ciencia, y poesía, e historia, al andar (12:24:51).

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