jueves, 10 de marzo de 2016

10 de marzo de 2016. Jueves.
EL BOSQUE

Bosque y luz, en Arenales y Salinas. San Pedro del Pinatar.

-En el bosque, donde los rayos de sol y las aves entonan madrigales al silencio, la vida vegetal se hace confluencia, reunión, misterio. ¿Será el bosque -me he preguntado alguna vez- pueblo, aldea, ciudad arbórea? ¿Se relaciona el bosque? ¿Conversa? ¿Aun el pequeño bosque? En el bosque hablan las aves, el viento, la tormenta, hasta que los acalla el silencio. ¿Falta en el bosque diálogo? ¿O quizá esconde un lenguaje arcano que sólo oye quien, con humildad, en él se adentra y escucha? Escribió Jorge Teillier, poeta chileno: «El bosque cierra sus párpados y me encierra». En el día Internacional de los Bosques, me dejo encerrar en sus párpados, y así llorar con ellos la deforestación del planeta, o nuestra propia desnudez interior. Desnudos de sensibilidad y vestidos de pavorosa soberbia, moriremos de astenia o agotamiento espiritual, seremos sólo polvo, y no, como realzara Quevedo en aquellos sus versos celestes, «polvo enamorado». Sociedad enferma la nuestra, que, salvo el dinero y el poder, y el goce sin norma, apenas la enamora nada; sociedad de carrizos quebrados, de momias que hablan y gesticulan, de pavos reales sin realeza, la realeza de la dignidad. El día del bosque debería ser el día de la vida, de la inocencia vegetal, el día de dar -oxigenar el planeta- sin recibir nada, o muy poco, a cambio. El bosque es el templo de la oración sin palabras, del silencio orante. Es la basílica donde más se respira la trascendencia, el esplendor de lo invisible, el tacto de lo intocable. En el bosque, Diario, Dios habita sin notarse, sólo fluye, para quien se deja envolver por su imperceptible aura, como aliento o respiración -o ligera brisa-  (13:31:09).

martes, 8 de marzo de 2016

8 de marzo de 2016. Martes.
LA MUJER

A mi Madre, Mujer. F: FotVi

-Un poquito de lluvia, otro poquito de viento, y un sol quebradizo de paletada azul de Picasso, en el lienzo, persiguiendo trasparencias. Desde la ropa que cuelgo para que se oree, hasta el cielo infinito, todo es trasparencia. Se expande la claridad. «Siempre la claridad viene del cielo; es un don…», escribía en 1953, Claudio Rodríguez, en su inmenso libro Don de la ebriedad. La claridad, que es más que la luz. La luz crea sombras; la claridad, sólo esplendor. Hoy, día de la mujer, celebro a mi madre, que fue claridad sin sombras. Como cada madre, supongo. En el recuerdo, ante todo, me quedan sus manos. En la más avanzada ancianidad, sus manos eran trasparencia, claridad, que yo besaba con devoción. Eran manos de trabajo y de martirio; manos de santidad sin hornacina. En sus manos estaba el trasluz de su vida, donación sin límites, caridad laboriosa y bulliciosa. Aunque apenas besaba (no le gustaba), toda ella, pequeña, frágil, cartón al final (vivió 100 años), fue amor, sin aspavientos. Las manos, donde ardía el rezo y la paz que éste le dejaba. Nunca la oí quejarse, aunque sí llorar. Vivió la guerra, la persecución, el desahucio, la precariedad (no la pobreza), no fue a la escuela, y, sin embargo, sabía leer y cuentas, y, aunque con rasgos desiguales, escribir su nombre, hermoso: Francisca, como el de Asís. Ella fue mi guía y, sin ocupar sitio en biblioteca alguna, mi libro abierto, en el que, ante cualquier dificultad, Diario, hallo la luz (o el destello, irradiación) que, hasta con renglones torcidos, me hace escribir recto, o, al menos, entendible (20:36:43).

lunes, 7 de marzo de 2016

7 de marzo de 2016. Lunes.
CONTRASTES

Luz y belleza, sin contradicción, en Arenales y Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Hoy me subo de nuevo al carro del frío y me froto las manos; y, al tiempo, me las regocijo soplándolas. El frío ha estado este invierno yendo y viniendo, como el camarero ante la llamada de un cliente. «¡Marchando una de frío!», y una de frío; o: «¡Una de calor!», y una de calor. Dicen que ésta -el Sureste- es tierra de contrastes; yo diría que más bien es tierra de contradicciones. Cuando debiera llover, se impone el anticiclón, y, cuando toca frío, alienta el calor; es decir, siempre sale perdiendo la lógica meteorológica, que se resiste a ser lógica. No existen solsticios y equinoccios, existe el «manga por hombro» del tiempo. Quizá se trate de la contradicción eterna del mundo, «eternamente imperfecto», de Nietzsche. O, si el tiempo pensara, del «doble-pensar» de Orwell. Ser contradictorio -también según Orwell- es «mantener dos fes o creencias opuestas a la vez en la mente, y aceptar ambas». Pienso en políticos, en jueces, en  creyentes, en comunicadores…; pienso en mí. Contradecirse en cualquier situación capital es decir amén a esto y a aquello y vivir en desorientación continua. Problema, Diario, que, con Gracia y esfuerzo, trato de evitar en mi vida; pero sin conseguirlo, tal vez; o consiguiéndolo, quién sabe (21:02:39).

domingo, 6 de marzo de 2016

6 de marzo de 2016. Domingo.
INCENDIO

Bosquecillo y pasarela, en Arenales y Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-En los arenales de las Salinas de San Pedro del Pinatar, ha habido un incendio. Tres mil metros cuadrados han sido encenizados, demolidos, absurdamente devastados. El fuego que no es de hogar o de campamento, o de llama de candil, es cólera, bilis, devastación. Como el fuego del odio o el de la ira, aun el del desprecio. Absurdo. Era un matorral formado y embellecido por plantas de salar: siemprevivas, orugas de mar, sabinas de las dunas, barrones, y la joya, esparragueras del Mar Menor, especie endémica y en peligro de extinción. Yo, para que estas plantas se sientan don y belleza, e iluminación del paisaje, las miro casi cada día, paseo junto a ellas y las llamo por su nombre, y les doy así el consuelo, en el tropel de la arena y de las otras cosas que las rodean, de ser distinguidas como únicas y originales, insólitas. Las miro, las nombro y siento en mí su alegría, pues se regocijan de estar en las palabras, y de que alguien, amigo, las diga. ¡Me han nombrado, dirán, con lágrimas en las hojas! ¿Origen del incendio? Quizá un descuido o la desidia del que enciende un cigarrillo y, sin cerciorarse de si aún arden, tira la cerilla o la colilla, y hace que se calcinen plantas, pequeños roedores, alguna lagartija, o el nido del alcauzón, que canta a escondidas, para que, con las dunas y el agua, lo oiga algún visitante del pequeño bosquecillo y paraíso donde vive con oído musical. Y decirte, Diario, que el incendio de un matorral es el incendio del mundo, aunque el matorral sea, como la humildad, de proporciones enormemente pequeñas, pero sublimes (20:41:25).

viernes, 4 de marzo de 2016

4 de marzo de 2016. Viernes.
ENVILECIMIENTO

Paseando con Stendhal, en la tarde. Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Por la mañana, suelo no defraudar ni al rezo -himnos, salmos, preces, plegarias: Dios-, ni a la lectura; hoy leí a Stendhal en su Historia de la pintura en Italia. Hablaba de Florencia, «república sin Constitución» y sin libertades, donde imponía su tiranía la nobleza. Por esta razón, dice, «era preciso recurrir constantemente a las armas en contra de los nobles»; y sigue: «el envilecimiento, y no el peligro, es el que mata el genio de un pueblo». Es decir, «el envilecimiento» mata el genio, pero también el ingenio, la convivencia y aun la vida de un pueblo. El envilecimiento. ¿Estaremos en estas en nuestro país? ¿Envilecidos, en estado de deshonra, en postración? Diario, te invito a reflexionar, hazlo conmigo, mientras paseamos, con Stendhal (20:04:44).

jueves, 3 de marzo de 2016

3 de marzo de 2016. Jueves.
BRONCA

Damas tan hermosas, las palabras. F: FotVi

-El Diccionario es el otro mundo, la otra inquietante tierra, donde descansa el silencio -clamoroso, sin embargo- de las palabras. En el Diccionario duermen su sueño de eternidad los vocablos, donde se cobijan, como la perla en la ostra, las ideas. En el Diccionario, las palabras, para salir de su letargo, donde andan enmudecidas, aguardan ser dichas o escritas y abrir así su alba de sol y vida. En el Diccionario las palabras dormitan, pero encendidas, con sueños por soñar, y libres, esas damas tan hermosas. Yo digo una palabra y sé que mi boca es otra, sé que un vuelo se mueve en ella, salta, se posa, dice, y hace que algo sea y esté, se manifieste realidad, cosa. La palabra existe para que las cosas sean, diciéndose. Hoy, después de lo de ayer en el Congreso, la palabra que mejor ha definido en los medios lo allí ocurrido ha sido «bronca»; la bronca de tal contra cuál, o de éste contra aquél; es decir, todos abroncando o abroncados, o todos mal dichos, ineducados. Unos, con ironías corrosivas, otros, con salivazos como monedas de a céntimo, lluviosos. El Diccionario dice de «bronca» en su 6ª acepción: «f. Riña o disputa ruidosa»; y en la 9ª: «f. Enojo, enfado, rabia»; pero, antes, en la 5ª, y como modo y adjetivo mexicano, dice: «Dicho de un caballo: sin domar». Y en este vendaval de broncas, Diario, ¿quién crees tú que llevaba razón? ¡Ah, palabras, damas tan hermosas, qué mal os han tratado! (20:13:20).

miércoles, 2 de marzo de 2016

2 de marzo de 2016. Miércoles.
QUITARSE AÑOS

Anunciando vida, a pesar de los años, en el parque. F: FotVi

-Ayer, a mi crónica de cada día la situé en el uno de enero, retrasando así en dos meses el tiempo. Uno de enero y discurso, escribí. Y es que, en lo que toca al tiempo, como Cantinflas, de 20, siempre me llevo dos. O lo que es lo mismo: retrasé el reloj dos meses, no sé si por ver si colaba o en razón del despiste olvidadizo de los años. Y es que, en la mente del que ha cumplido muchos años, restar horas al reloj es un ejercicio de voluntarismo lógico, pues es creencia que lo que quitas al reloj lo añades a tu vida. Es, cuando la vida te ha regalado tantos años, el sublime e inofensivo deleite de quitártelos. La juventud se adelanta a los años, y, sin tenerlos, dice haberlos andado; la vejez, por el contrario, y por amor a la vida, se los quita de encima, y lo hace porque los tiene y por piedad para con los propios años, pues éstos suelen vestirse con la misma vejez a la que acompañan: se los ve rendidos y arrastrando suelo al andar, con jadeos. A mí, Diario, me ha gustado tener años para poder contarlo, y, de paso, agradecerles su compañía de amor y sombras, de luz y precipicios, de Dios y su perdón, y decir de ellos, de los años, lo que el poeta argentino Héctor Viel Temperley escribió de su trayectoria vital: «Mi madre es la risa, la libertad, el verano». Hermoso. Decir que, al fin, en las Cortes, no me han investido presidente, del desconcierto (21:13:49).

martes, 1 de marzo de 2016

1 de marzo de 2016. Martes.
DISCURSO

Jarillas, en Salinas de San Pedro del Pinatar. 

-Uno de enero y discurso (Pedro Sánchez); discurso que ni siquiera he oído, y menos escuchado. No porque lo haya voceado un político, sino por el hecho de su longitud. Todo parlamento que pasa de quince, o lo sumo veinte minutos, y por mi vocación de lector de poemas, deja de interesarme. Aunque sea el discurso de un mitrado o el del mismo Demóstenes (quizá ante Demóstenes me rendiría). Un tal René Rebetez, escritor y cineasta colombiano, con sabiduría de viajero al que acosan los pasos y la prisa, dejó dicho: «Un poema oscuro dice más que un discurso claro». De ahí mi inclinación, si el discurso se alarga, a pasar página y ocupar la mente en otras cosas, como pensar si algún día será posible oír el crecimiento de las plantas. Esta tarde, Diario, en vez de oír discursos, me he inclinado una vez más por intentar descifrar el lenguaje del zampullín o de la jarilla, en las Salinas de San Pedro; aquél es ave y ésta, florecilla. Con esta visión, a San Francisco le hubiera nacido un himno de alabanza en los labios (20:47:23).

lunes, 29 de febrero de 2016

29 de febrero de 2016. Lunes.
JÚBILO

Puerta del Perdón, Catedral de Murcia. F: FotVi

-Viento frío en el rostro, como el que recibe un cachete sin ternura, gélido, que no duele pero hiela. El frío, ayer, se vistió de viento y, haciéndola neblina en la boca, nos heló la respiración. Neblina y rezo, en San Blas, y peregrinación por la tarde a Murcia, con sol. El sol, montado en las naves blancas de las nubes, corría con ellas y no obstante quemaba. Se celebraba la apertura del Año Jubilar para la zona del campo de Cartagena. Apertura, o entrar por la Puerta del Perdón en la Catedral, donde reside la Cátedra de Pedro, representada en el Obispo (tradición). Íbamos a jubilar (júbilo, alegrarnos) por el Año de la Misericordia. La misericordia es virtud que escasea, como el silencio en el estertor diabólico de la verborrea política. ¡Qué hermoso y sabio es hablar en silencios, como Dios a las almas o a la sabiduría humilde! Nunca habla Dios a la sabiduría malditamente altiva. Se queda en el silencio de la oración, y desde ahí, abre caminos. Un jubileo, para la iglesia, es echar las campanas al vuelo de la esperanza, poner flor al espino. Jubileo (yobel: cuerno: instrumento sonoro que anunciaba el año sabático a Israel). En el Levítico (libro del Antiguo Testamento), se decía: «Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra la liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo (un motivo de alegría); cada uno recobrará su propiedad y cada cual regresará a su familia». Año jubilar, pues, o año de libertad y de justicia; no estaría de más que, para ponernos al servicio de lo políticamente incorrecto -donde más abundan, de ordinario, la libertad y la verdad-, lo hiciéramos al menos una vez en la vida; lo poco, Diario, nunca hace daño, salvo al amor (20:09:55).

sábado, 27 de febrero de 2016

27 de febrero de 2016. Sábado.
LAS RENDIJAS DE LA POLÍTICA

Giraldillo, Catedral de Sevilla. F: Google

-Todo pudiera ser, como el pájaro que interpreta la partitura de su canto y alegra las ramas del árbol donde amuebla su nido. En Sevilla o en Madrid, o en La Habana o en Frankfurt, en vez de nombres, deberían suprimir calles y así no quedaría rastro de los nombres. No es inteligente suprimir nombres y dejar las calles, porque, al fin, todo nombre, como el salmón, vuelve a la calle donde nació, y contra corriente. «Final. ¿Acaso nada? Pero quedan los nombres», afirma Jorge Guillén.  Y Aldous Huxley: «En su propaganda, los dictadores confían sobre todo en la repetición, la supresión y la racionalización: repiten consignas que desean que se acepten como verdades, suprimen hechos que desean que sean ignorados, y fomentan y racionalizan pasiones que puedan ser utilizadas en interés del Partido o del Estado». Este acorde de acordeón desafinado me suena de haberlo oído estos días en «esta España mía, en esta España nuestra». Ejemplo: suprimir el nombre de Santa Ángela de la Cruz a una calle, en Sevilla, sería como usurparle el Giraldillo a la Giralda; seguiría siendo torre, pero no Giralda. Un dictador, aunque sea breve por bajito de cultura y tonto por insistencia en la materia, no deja de dar miedo. Me dan pavor, Diario, los dictadorzuelos que, con aspavientos de bisutería barata de bruja tenazmente mala e ineducada, perversa, nos acechan por las rendijas del poder, en estos días de vacas flacas y enfermizas en la política (20:28:26).

viernes, 26 de febrero de 2016

26 de febrero de 2016. Viernes.
EL BOSTEZO

Susto del geranio al nacer, en el jardín. F: FotVi

-En un desgobierno sin precedentes, la especie o género de los políticos escenifica, en su teatro de marionetas, un cierto afán de formar gobierno. El desgobierno, tratando de formar gobierno. ¡Qué irrealidad más irónica! Se reúnen, hablan, salen y lo dicen a la tele, y marchan ufanos hacia la celebridad. Luego muerden el pan, beben el vino, se frotan las manos, y creen habérselo ganado. Y pasan los días, y el muerto hiede. Entretanto, Cataluña se está empezando a ir (un pañuelo y una lágrima de despedida en el aire), el hartazgo del «cambio progresista-reformista» da vértigo, el «no se sabe si sube o baja» del «en funciones» marea, y la náusea (Jean Paul Sartre) bate alas en el estómago, hasta hacerse pájaro de mal agüero en la boca. Pájaro del vómito. De la boca brotan palabras revistiendo bellas ideas, pero también sapos y baba; es decir, poesía y prosa, y enigmas, y escupitajos. Por la boca escapa el alma, con rabia, a veces. Pero no obstante, la vida es hermosa: un bebé (facebook), todavía en el saco amniótico, bosteza. Quizá venía de un dulce sueño y lo han despertado, ¡qué susto! El crudo y feliz susto de la vida. Y como aviso al género o especie de los políticos, Diario, advertir que en la boca también aletea el bostezo, preludio en ocasiones de la ira (19:57:40).

jueves, 25 de febrero de 2016

25 de febrero de 2016. Jueves.
MANÍAS

Galopando sobre el tiempo, en la biblioteca. F: FotVi

-Ayer se me rebeló el ordenador en el que trabajo, dijo que no, y he tenido que echar mano de otro, reverentemente antiguo, pero útil. La vejez, bien tratada, es ventajosa por sabia y disponible, y desprendida. La vejez es sabia dos veces: por el saber en sí y por la experiencia, que añade luz y aroma al saber. La sabiduría, en la vejez, por ser ornamentada con la pátina del códice antiguo, se viste de gala; es decir, además de tiempo y silencio, se hace biblioteca, para poder ser leída. Remedando a Plácido, aquella película insana y maravillosa, frenética y feliz, de Berlanga, yo me atrevo a pedir sentar al viejo a tu mesa, y no sólo por Navidad, sino todos los días del año. Sentar al viejo a tu mesa y escucharlo, es dialogar con el tiempo pasado y entrever como por rendijas de luz el futuro. Es hacer verdad la máxima de Platón: «Envejezco aprendiendo cada día muchas cosas», para darlas. Esta reflexión la hago a cuenta de mi ordenador viejo, que me ha sacado de apuros, hasta que ha llegado Iván, y dándole a tres teclas, ha vuelto a activar el averiado. Tres teclas y todo se ha puesto en marcha. Y no es que el moderno haga más o mejor las cosas que aquél, sino que últimamente lo tengo más tratado y parece más fluido al andar, lógico; sólo eso. En todo caso, Diario, manías (21:10:04).

miércoles, 24 de febrero de 2016

24 de febrero de 2016. Miércoles.
LA ESTELA ONDULANTE DEL OLOR

Oliendo a mar, en Playa de Las Canteras. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-Lavar la ropa me sabe bien; luego de tender la ropa, todo huele a frescura y a floresta, a rosal silvestre. La naturaleza, para hablar, usa olores en vez de palabras. La naturaleza se dice a sí misma oliendo. Leer olores en el libro siempre escribiéndose de la naturaleza, es alucinación; se salta verbos y adjetivos, y comas, la gramática toda, y, sin embargo, se la entiende, es otro estilo. Antes que las letras, el niño lee olores: la chupe, el biberón, el silencio de la madre o su ausencia. Lee los olores y gorjea o llora, según; y se asombra. Sobre todo se asombra. Morir en olor de santidad, es un dicho hagiográfico; para leer la santidad de un santo, primero se la huele y luego se la da por hecha. La santidad suele oler a buenas obras, como poner la otra mejilla o situar la fe al servicio del amor, que da la paz. En los dibujos animados, por la estela ondulante del olor, el gato llega a la cocina, donde andan los manjares de lamerse. Como el poder, que, con demasiada frecuencia, huele a corrupción; es decir, a pudrición. El olor, Diario, es otra lectura de las cosas, tan fiel y bella como la de las letras (20:00:12).

martes, 23 de febrero de 2016

23 de febrero de 2016. Martes.
AÑOS

Trapería, desde Plaza de Santo Domingo. Murcia. F: FotVi

-Murcia y el cansancio. En el andar, pregono ya los años. Ando y, paso a paso, van cayendo años a mis pies. Voy regando de años el camino. Cada paso, un año; hasta que me rinden. Los años en los pies tiran como plomos. Ir desde la plaza de la Fuensanta a la Universidad, me ha costado Dios y ayuda. Esta mañana de sol y palomas, y en la Plaza de Santo Domingo, parada y foto, para disimular. Luego, en la Universidad no estaba lo que buscaba, y vuelta al calvario de llegar hasta donde había aparcado el coche. Decirte, Diario, que de vuelta a casa, y como una patena azul, he visto el cielo abierto, hasta decir «¡ay!» y caer vencido en el sofá. El sofá, al que he dicho: «Amigo, estoy rendido», entrando en un sueño restaurador, dulcísimo, de libro de cuentos, con hadas (21:04:25).

lunes, 22 de febrero de 2016

22 de febrero de 2016. Lunes.
QUIZÁ, NO

Rosa sin hombre, en el jardín. F: FotVi

-Quizá, no; o quizá, sí… Se ensalza al fallecido Umberto Eco por haber sido unos de los intelectuales más insignes del siglo XX y lo que va de éste. Pero hay quien lo califica de «exquisito sofista y un hábil mistificador», además de «un simulacro de filósofo», carente de dotes literarias. (J. M. de Prada). Sin embargo, Eco alguna vez acierta (supongo yo, ¡oh de Prada!) si no en sus novelas, casi todas cascaruja y perifollo, sí en su descripción de las carencias de la sociedad actual. Escribe Eco: «Las redes sociales dan derecho a hablar a legiones de idiotas». Quizá, no; o quizá, sí… Y esto otro: «El drama de internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad». ¡Pobres tontos e idiotas, tan despiadadamente señalados y descalificados! Aunque yo, Diario, ni quito ni pongo coma. Quizá, no; o quizá, sí… O quizá también…, sea así (20:23:45).

domingo, 21 de febrero de 2016

21 de febrero de 2016. Domingo.
OJOS NUEVOS

Pensando, en las Salinas del Mar Menor. S. Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Hoy, día del Señor, he celebrado misa en San Blas, Ribera de San Javier, donde alienta el Mar Menor. En la forma consagrada, he sentido el tacto de Dios en mi tacto, y he bebido y mascado a Dios; es decir, lo he comido. Con sonrojo, le he dicho mis pecados y me he sentido perdonado, aunque, luego del abrazo, me ha pedido, sin reñirme, que no lo haga más (o riñéndome). Y he prometido lo que quizá no cumpla; pero Dios me ha sellado el perdón. He dado la paz y la asamblea me ha respondido con paz. Unos niños me han mirado todo el tiempo con asombro (el asombro de los ojos nuevos) y, al finalizar la misa, me han dicho sus nombres: Paula, Irene, Saray, Rodrigo…, con luz en los ojos me lo han dicho,  y con sonrisas de juegos. Yo soy de los que creen que Dios se deja ver en los ojos de los niños, se asoma en ellos, dice «paz» y se vuelve a esconder tras la mano con que todo niño pretende cubrir su sonrisa, sin poder, porque la sonrisa le queda en los ojos, donde pululan cosas, y nombres que están en las cosas, y sueños, y ramas de almendro florecidas. Más tarde, me he enfrascado en lo hermosamente vulgar: calentar la comida, almorzar, coser un botón, regar las macetas, caminar, y escribir esto que doy a la lectura; y todo, Diario, para que conste y no me olvide de que he vivido y convivido con el mundo, sin ruidos (19:20:29).

sábado, 20 de febrero de 2016

20 de febrero de 2016. Sábado.
ANSIEDAD

Lluvia, en los Lagos de Plitvice, Croacia. F: FotVi

-Aquí, en el Sureste, con el frío del invierno real que nos llegó, nos ha faltado, sin embargo, el arpegio de la lluvia en el piano de la tierra. Dedos de lluvia inventando melodías en los tejados: impresionantes teclados, si son de uralita. Desde sus laberintos, las raíces están pidiendo lluvia; es decir, música de jazz que las haga bostezar y volver de su sueño invernal. No llega el olor perfumado de la tierra mojada, y esto contamina el aire de ansiedad. Ni la lluvia al Sureste ni un gobierno a España; no llegan, se han encasquillado. Sin Charlot en los engranajes de la máquina de los tiempos modernos, ni lluvia ni gobierno, todo se traba. Y así sucede que todo se hace, Diario, tedio y empacho, ruido de nueces sin gajo (20:31:26).

viernes, 19 de febrero de 2016

19 de febrero de 2016. Viernes.
EL LIBRO ABIERTO DEL LLANTO

Habla el cielo, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Desde niño he pensado que llorar es fácil, lo difícil es contener las lágrimas. Las lágrimas son el libro abierto del llanto, su abecedario. Mojan como la lluvia, y dicen, si se las sabe leer, o escuchar. Sólo se llora sin lágrimas cuando el llanto es un grito desesperado, grito en el que se explaya el corazón dolorido. Es el grito del porqué, el grito del no entender. Y casi siempre es un grito dirigido a Dios; pidiéndole cuentas, aunque no se crea. Los hay que, sin creer, culpan de todo a Dios. Quizá su acusación tan violenta contra él se deba al hecho de creer que no existe. Si existiera -se dicen- le podríamos echar todo el betún del limpiabotas en el rostro, sin mancharnos nosotros. Así nunca habría culpa para el hombre, el único dios insigne desde la Ilustración. Dios no existe, dice el ateo, pero le hace culpable del mal que sí existe, y, sin estar Dios en su agenda, lo condena sin embargo. Cuando el mal, Diario, lo provoca el ser humano con sus actos viles y colmados de demente irresponsabilidad, a veces (21:42:03).

jueves, 18 de febrero de 2016

18 de febrero de 2016. Jueves.
AVE QUE VOLABA UN SUEÑO

Pensando vuelos, en la Academia General del Aire. F: FotVi

-Ayer, al sentarme en la carlinga de un reactor de la Patrulla Águila, viví la experiencia de un vuelo imaginativo, lúdico, casi místico. Invitados por el capellán de la Base, Ildefonso, un grupo de compañeros visitamos, en La Ribera de San Javier, la Academia General del Aire. Primero, una visión panorámica del recinto de la Academia, con el espejo vivo del Mar Menor reflejando nubes y gaviotas, y pequeñas odiseas, hasta recalar en el hangar donde se cuidan el esqueleto y fuselaje de estas águilas de metal. Águilas que vuelan y recrean la belleza del vuelo, superando a veces la velocidad de un parpadeo y dejando estelas que regocijan los colores rojo y gualda, y lo agridulce (por los defectos que con frecuencia nos regalamos) de eso que llamamos patria, donde se incluyen familia y tierra, con la historia como nudo de pescador que ata, firmemente. La Academia es una ciudad joven, disciplinada, en la que se estudia y no se le ponen trabas a los sueños. En la Academia, como Dédalo e Ícaro, su hijo, y Leonardo da Vinci, se sueñan vuelos que se hacen realidad al final de una carrera sufrida, por exigente. Yo, Diario, por un instante, me sentí ave que volaba un sueño y lo contemplaba a un tiempo riesgo y luz, y por tanto vida. Como cualquier alumno aplicado de la Academia. Gracias, Ildefonso, por haberme dado la ocasión, a mis años, de soñar que soñaba vuelos (20:29:07).

martes, 16 de febrero de 2016

16 de febrero de 2016. Martes.
EL AUSENTE

Florecilla sonora, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Sales a pasear (Salinas de San Pedro) y te encuentras con la ausencia de Dios que habla. Dios es el Ausente, porque, aun estando, parece no estar. Esta tarde salí a pasear y todo hablaba. Acerqué el oído, y sentí que el Ausente hablaba en las cosas, en su insistencia en la belleza. Comparo bellezas, y me quedo con la inmensa florecilla sonora, la que recibe la última sacudida de luz del sol en su ocaso. Una suave brisa la anima a querer salir de sí misma y volar, como la mariposa que, en su vuelo, la ciega de deseo. Pero se sabe florecilla y se resigna a ser, sólo, inmensa florecilla sonora. ¡Sólo! Habla y se la nota feliz. ¡Sabe hablar! Y se la nota feliz. Y parece no decir nada: ¡pero dice tanto! En éstas, miro, «y la tarde circular es ya bahía: / todo está cerca y todo es intocable». (Octavio Paz). Todo es intocable, como el Ausente, Diario, que, sin embargo, dice (20:35:57).

lunes, 15 de febrero de 2016

15 de febrero de 2016. Lunes.
MUSA DEL LLANTO

Sombrías tormentas, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Por fin el frío se hace glosa del invierno, es su atuendo, su literatura. Incluso aquí, en el Sureste. Un invierno huérfano de sus signos de frío y nieve, y agua, sería un invierno lisiado, tullido, como lo sería un bautismo sin el lucir del agua en la cabeza del bautizado. Sin nieve, Francisco Umbral no habría podido escribir, en enero de 1997 -La dacha nevada-, este renglón de poesía sin versos: «Quizá la nieve sea un gato blanco que se ha quedado a dormir en el jardín». Lo blanco ayuda a la palidez del verbo romántico, lo estremece. Como el agua estremece el sacramento del bautismo, le da eficacia. Y yo, helado, siento el frío de España, su enorme socavón de utopías y solidaridad, de miras altas. Cantaba Marina Tsvietáieva en los primeros años de la revolución bolchevique: «¡Oh musa del llanto, la más bella de las musas! / Oh loca criatura del infierno y de la noche blanca. / Tú envías sobre Rusia tus sombrías tormentas / y tu puro lamento nos traspasa como flecha». «¿Sombrías tormentas» -quizá- sobre España? ¡Ah, Larra, cómo te dolía España! Si no me doliera España, sería por ser español. Sólo a un ciudadano del mundo le puede doler -como nos duele una mota de polvo en el ojo- una parte de ese mundo que sufre. La idea es de San Pablo. Todos los sentidos del cuerpo acuden solidarios allí donde rompe el caño del dolor de una herida. Mientras busco el infinito, y me sé ciudadano de todo, también de la pobreza y del misterio, del jazmín y la cebolla, del gato y la gracia, me duele, Diario, este punto del mundo llamado España, como el otro llamado Siria, o el de más allá llamado Chapias, en México, me duele la desesperanza. Si pienso así, ¿ofendo a alguien? (20:15:49).

sábado, 13 de febrero de 2016

13 de febrero de 2016. Sábado.
UN ABRAZO

Abrazo del milenio, en La Habana. Cuba. F: ABC

-Dar un abrazo es hermoso, pero preparar ese abrazo es alcanzar la excelencia. Ver crecer el abrazo, ir forjándolo como la ostra la perla, es sublime. Como sublime sería poder alcanzar y tocar la Luna con una escalera; es la historia que cuenta en el relato La distancia de la Luna (en el principio de los tiempos), Italo Calvino. Tierna y emocionalmente, escribe: «En realidad, desde lo alto de la escalera se llegaba justo a tocarla extendiendo los brazos, de pie, en equilibrio sobre el último peldaño». Estaba tan cercana entonces la Luna, que casi se la podía tocar, así como oír sus latidos. Si ponías el oído. Ayer, en la Habana, se escenificó un abrazo; histórico, dicen. Como si fuera un sacramento, el Papa Francisco y el Patriarca de Moscú, Kiril, se dieron un abrazo, de paz, que remedió el desencuentro y la lejanía de un milenio entre las iglesias de Moscú y Roma. Ambas cristianas, y seguidoras ambas de aquel Jesús de Nazaret, que pidió que todos fueran uno, para que el mundo crea que tú (Padre) «me enviaste». Los abrazos rompen el hielo de las distancias y las simas del desafecto, aunque éstos sean milenarios; la unidad afirma y deletrea la fe, la hace confesable, y explicable. Pero este abrazo fue antes ensoñación y profecía: lo idearon y encarrilaron san Juan Pablo II y Benedicto XVI, viéndolo crecer como se ve crecer la profecía hasta que ésta se cumple. Jesús, antes de nada, fue profecía y, luego, realidad hecha Verbo; Palabra que acampó entre nosotros y que habló y sigue hablando y propiciando abrazos, Diario, como el de Kiril y Francisco, abrazos de evangelio encarnado, evangelio que debe hacerse mientras se dice (20:35:19).

viernes, 12 de febrero de 2016

12 de febrero de 2016. Viernes.
¡EXCELSA CONJUNCIÓN!

La nube, desde el jardín. F: FotVi

-Alguien -un Ángel, o un Silencio, o mi interior, no sé- me ha pedido: «No huyas de decir amén», y lo he dicho, «¡amén!», y todo a mi alrededor -la flor, la araña, el mirlo, la nube, la mota de polvo, el gajo de luna blanco, la araña, el gato remolón, el tiempo, la geometría, el árbol, la soledad pensativa, el cielo, la gota de agua inmensa…, todo-, me ha cercado, y, conmigo, ha repetido «¡amén!», y la tarde, hundido el sol en el ocaso, se ha hecho paz, y vida en el interior de las cosas, y, en ese instante, Diario, ha aleteado el misterio, y he oído, que, conmigo y las cosas, también decía «¡amén, amén!», sin pausa, hasta hacerme sentir que todo vivía en mí, y yo en todo. ¡Excelsa conjunción! (21:26:29).

jueves, 11 de febrero de 2016

11 de febrero de 2016. Jueves.
DE ROSITAS

Rosita -¿en las Ramblas?-, en el jardín. F:FotVi

-Hay rosas, y rositas. La rosa y el libro en el día de San Jorge, en Cataluña, es tradición hermosa, ruidosa en afectos. Obsequio del enamorado a la dama de su ensoñación. Los sueños se tornan así rosa y libro, y pasos quedos, que encienden las Ramblas de una belleza sabia, quedando a lo lejos, con su cantinela de espumas y gaviotas, el pastoreo del mar. Como diría el poeta: «Crucifixión y muerte del amor / en esa frágil rosa que es el mar». Pero hay rosas y rositas. En Cataluña, rosas en las Ramblas y rositas en los Puyol. Ayer los Puyol padres fueron al Juzgado y salieron de rositas, luego de haber heredado (robado, dicen) una gran fortuna. Por lo mismo o parecido (dicen), otros van al Juez y quedan entre rejas, o pájaros de mal agüero enjaulados. Bien tratados y alpistados, pero entre rejas. El 3%, sin embargo, en Cataluña, por las Ramblas va, y de rositas. El poema: «No le toques ya más, que así es la rosa», irrumpió en Piedra y cielo, de Juan Ramón Jiménez, dándose como sencilla belleza. El poema, la rosa, Diario, pero no la rosita; irse de rositas es otra cosa (12:41:41).

miércoles, 10 de febrero de 2016

10 de febrero de 2016. Miércoles.
A VER SI LUZCO

Sombras rebeldes, en Pärnu. Estonia. F: FotVi

-Sigue el sol (verano invernal) y, por tanto, las sombras. Las sombras son el gris, pero no la oscuridad; la oscuridad es el otro lado de la luz, donde lo negro. Toda luz luce sombras; no así la oscuridad, que a lo sumo es tacto o fatal tropiezo. La sombra es luz cernida, empañada por un utensilio lunar (no luna, sino utensilio lunar) que eclipsa y alivia, y difumina. La sombra, en realidad, es la palabra rebelde que dice al sol «me quemas», y se pone bajo techado -un árbol, un pañuelo con las esquinas anudadas, una sombrilla en primera línea de la playa…- y así contiene, asumiéndolo, al gran astro. La rebeldía con causa siempre es eficaz. Que lo digan si no Charlie Chaplin (lírico del humor) o Arthur Rimbaud (poeta de la destrucción). Es lo que ocurre con el ser humano: es luz y es sombra. No luz y sombra, sino luz con sombras. Incluso los que viven la excelencia, andan de la luz a la sombra y de ésta a la luz. Y es curioso que en la sombra se conocen y en la luz se realizan seres humanos, que brillan. Por algo Heinrich Lübke (político), que quizá se vio luz y sombra, escribió: «Donde hay luz existe la sombra. ¿Dejaré de amar la luz porque produzca sombras?». Y en estas estoy, Diario, viéndome sombra bajo una hermosa y perturbadora Luz, a ver si, a pesar de mis sombras, luzco (20:48:03).

lunes, 8 de febrero de 2016

8 de febrero de 2016. Lunes.
LLOVILLORAR

Excelsitud, en el campo. F: FotVi

-Ayer, de mañana, llovilloró un poco y, al punto, como una lengua de cordero lamiendo el pasto, salió el sol, tímido y con bufanda, casi huido. Tosiendo, pero salió el sol. Me decían de niño -el maestro Navillo, en la escuela, Molina de Segura-: «Aunque no se vea, el sol siempre sale»; y, afirmando la voz, añadía: «¡Y está!». Hermosa reflexión esta: salir y estar, aunque no te vean. Como el pequeño suceso de la flor en el campo, que sale y está, y, aunque exista inventando otra belleza, pasa sin embargo y tristemente inadvertida. Esta es la razón por la que alguna vez salgo al campo -no como el pájaro o el silencio, que están y se quedan-, sino para ver lo nunca visto y poder así tocar la maravilla única que es una florecilla y su efímera y humilde excelsitud. Buscar la excelsitud en lo pequeño o en lo grande oculto, es una asignatura pendiente de nuestra sociedad, deshabitada de inteligencia e imbuida demasiadas veces de incultura ideológica; y encandilada, además, por sólo espectáculos de oropel y fuegos de bengala. Mucha libertad de expresión, pero apenas dignidad y vuelos éticos de altura para sostener su terrible y hermosa carga, su equilibrio de acróbata, su frágil utopía. No cabe herir conciencias, ni violar almas infantiles (escudándose en el títere o la sátira), ni vender como ideas novedosas lo que es odio antiguo y flechas envenenadas de la barbarie de antaño, ni intentar desintegrar resentida y malévolamente lo que está compuesto, lo que es desde siglos acorde (aunque alguna vez desafine, también lo hace la música atonal, que lo diga Amold Chönberg), o convivencia; es decir, no cabe, intencionadamente, errar herrando. Baltasar Gracián lo vio así: «Libertad es hacer lo que se debe hacer»; y añado yo: no lo que se pretende que otros, sin su permiso, hagan. En todo caso, Diario, libremente, y con un recipiente para recoger las lágrimas, yo llovilloro por España. Y es que no me gusta la libertad de expresión gótica y farisaica, la que hiere y mal dice, sin causa (13:13:33).

sábado, 6 de febrero de 2016

6 de febrero de 2016. Sábado.
EL ROSTRO DE LA LUZ

Comprender el día, camino de San Blas. Santiago de la Ribera. F: FotVi

-Rezo y, de pronto, el rezo se nutre con la belleza sorpresiva del verso de un himno. Advertir que, en el rezo, el himno es el primer destello que te acerca a la hermosura de la palabra sin aristas, limpia y trigal, fecunda, altísima, de la alabanza. En este caso, el himno es un poema -Bello es el rostro de la luz- de Antonio Gamoneda. Poema que acoge Laudes, y lo hace rezo de urgencia. «Dame temprano / la potestad de comprender el día», canta el poeta, refiriéndose a quien él nombra su Dios. «Dios mío», clama. De este modo toma posesión de Dios (es la misión del creyente) y, ante la necesidad de comprender el suceso del día, para amarlo, lo hace cómplice suyo. Es decir, comprender el día para poseerlo, y así poderlo dar. Porque es deber nuestro, Diario, dar como don (y en paz), aquello que se nos ha dado como tal. ¡Don por don! (20:02:51).

viernes, 5 de febrero de 2016

5 de febrero de 2016. Viernes.
SED DE BRASA

Media sonrisa de lluvia, en el jardín. F: FotVi

-Ayer llovió, pero todo fue media sonrisa de lluvia sin acabar; sonrisa que enseñó sus dientes traslúcidos y se apagó; lluvia fina, fría, simbólica sólo: el símbolo de la gota en el dedo que el rico Epulón, desde su infierno y sus lumbres, pedía a Lázaro para calmar su sed. Su sed de condenado a tener sed. Siempre. Como la maldad, o el odio, o la injusticia (pavorosos incendios), que mueren en el infierno de no haber aplacado nunca su sed de brasa en el corazón. Entretanto, Diario, yo tengo sed de cordura (sabiduría) en esta hora, movediza, de los políticos (20:07:34).

jueves, 4 de febrero de 2016

4 de febrero de 2016.Jueves.
SANTO DE CRUCIFIJO

San Blas, en Dubrovnik, Croacia. F: FotVi

-San Blas fue un santo de crucifijo (en vez de báculo) y de milagro (como medicina); y santo de oración terapéutica para sí mismo. Rezaba de todas maneras, con palabras y silencios, y con lágrimas. Vivió y murió a principios del siglo IV, en Sebaste, Armenia (actual Sivas, Turquía). Murió en tiempos de un tal Licinio, que se distinguió por perseguir y matar cristianos, como ahora en ciertos lugares del planeta. Entonces eso no inquietaba; tampoco ahora, demasiado. Su residencia era una cueva, que usaba como palacio episcopal. A ella acudían para recibir asistencia, por enfermedades de alma o cuerpo, fieles y animales. Los animales, en los ratos de oración de San Blas, callaban y, a su modo, quizá también rezasen. (¿Quién puede afirmar que los animales no rezan? Exijo pruebas de que no sea así; y, sin pruebas, puedo entrar en dudas. Dudo que los animales no puedan rezar. Y duda y fe van de la mano). San Blas se dejó crucificar en su fe y esto hizo que muriera sin maldecir, y bendiciendo. «No saben lo que se hacen», sus enemigos. O lo sabían y disimulaba el santo; la santidad disimula o calla el pecado ajeno. El santo pone la otra mejilla, y hasta el aliento que da vida; el santo se deja matar en el perdón, como Jesús de Nazaret. Y esta santidad es la que celebramos ayer en San Blas, en Santiago de la Ribera. Primero se procesionó al santo y luego se exaltó y se incensó (su imagen, su recuerdo), en la misa; es decir, se le dio culto, se le magnificó, no por Blas, Diario, sino por santo (19:13:39).

martes, 2 de febrero de 2016

2 de febrero de 2016. Martes.
LUZ, GORJEOS

Luz intentando volar, en el jardín, F: FotVi

-Febrero lo he empezado con mal pie: ayer, aunque fuera con renglones rectos, no logré escribir una sola línea ni recta ni torcida. A veces la vida aparece curva y el hecho de escribir la acomoda, enderezándola. La escritura libera palabras y, en las palabras, pasiones quizá, y los títeres de la cabeza, y los pulsos errantes, haciendo posible la templanza, la sujeción, la brida. Hoy, día dos de febrero, escribo, porque existe Candela -mi sobrina-nieta- y por ser el día de la  Candelaria: onomástica  de la Luz y de Candela, y fiesta de la presentación en el templo, en Jerusalén, de lo Inefable; es decir, de lo niño de Dios manifestado en Jesús, su trono de la humildad. Sin humildad no hay amor, y Dios, en Jesús, se viste de humildad para decirnos que ama y que la humildad, en el amor, no desentona. Así es más creíble. Desde la humildad, aumenta el crédito del amor. San Pablo: «El amor no presume, ni se engríe». Esta tarde, en San Blas, más de una veintena de niños, que rezaban gorjeos y pretendían, gateando, subir escalones arriba hasta el altar, han sido bendecidos en la Luz. Ellos, que lucían inocencia, han sido luminosos receptores de la Luz. Hoy, Diario, he podido escribir, con renglones derechos, que la luz de Dios puede tocarse en la verdad del ser niño, en la sencilla novedad de sus vidas todavía preciosas, intactas, todo sol (20:16:00).